13 marzo, 2013

Arthur Schopenhauer - El arte de sobrevivir


El pensamiento de los grandes filósofos nos acompaña y nos influye de tal manera que, a veces, y justo por esta presencia continuada, no percibimos con claridad el alcance y la verdadera altura lograda por una obra genial, por el  talento de quien, con la fuerza de su palabra, consigue sobresalir en su época y perdurar hasta nuestros días. Por eso, necesitamos detenernos de vez en cuando para hacer una pausa en el frenesí de la novedad diaria y tomar la perspectiva que nos permita emitir un juicio certero. Muchas de estas pausas suelen coincidir con todo tipo de efemérides y fechas señaladas que utilizamos como excusa para organizar cursos y congresos, o para publicar y/o reeditar obras relacionadas con el personaje o el evento objeto de la conmemoración.

En un buen ejemplo de aprovechamiento de este tipo de coyunturas, la prestigiosa editorial Herder viene conmemorando en los últimos años las efemérides relacionadas con uno de los buques insignia de su catálogo, el enorme pensador alemán Arthur Schopenhauer, con la publicación de traducciones y monografías sobre el pensador de Danzig que, junto a lo publicado por sellos como Trotta (y en menor medidad, Gredos o Akal), han venido a renovar y a completar la escasa bibliografía schopenhauriana de la que disponía el lector español hasta hace poco tiempo. Si en 2010 fue el ciento cincuenta aniversario de su muerte lo que dio motivos a Herder para la publicación de cuatro importantes libros (dos de Schopenhauer y dos sobre su obra), ahora es el doscientos veinticinco aniversario de su nacimiento lo que propicia la aparición de un opúsculo - exquisitamente editado y traducido, como es habitual en la casa -  titulado El arte de sobrevivir; un pequeño volumen misceláneo en el que se reúnen fragmentos de varias de las obras más conocidas del autor (El mundo como voluntad y representación, Parerga y paralipómena, etc.). 

Editado por Ernst Ziegler (responsable también de la introducción) y traducido del alemán por el profesor de la Universidad de Murcia, José Antonio Molina GómezEl arte de sobrevivir presenta una estructura sencilla, con un capítulo inicial y más extenso titulado "De las diferencias entre las distintas edades de la vida", procedente del primer volumen de Parerga y paralipómena, y una serie de brevísimos capítulos formados con citas y aforismos recopilados de distintas obras del conjunto de la producción schopenhaueriana. El libro se cierra con un pertinente y útil aparato crítico de notas y referencias bibliográficas.

Aunque me cuesta mucho decidirme por un fragmento con el que empezar a abrir boca, pues toda la obra es una joya sin desperdicio, llena de gotas de sabiduría que invitan a la reflexión, reproduzco una aforismo extraído de Parerga y paralipómena por el que siento especial cariño, por haberlo usado hace poco en uno de mis trabajos. El año pasado publiqué un ensayo sobre Pío Baroja al que puse como título Lo dionisíaco y lo apolíneo y en el que quise demostrar que en la vida de Baroja hubo - o al menos así lo veía yo - dos etapas vitales claramente diferenciadas: una de juventud y egolatría dionisíaca, y otra de madurez y reflexión apolínea. El límite entre cada uno de estos períodos de la trayectoria vital del novelista vasco lo situé en torno a la cuarentena, cuando ya habían aparecido sus obras maestras y el propio Baroja confesaba haber dejado atrás ese ímpetu juvenil en favor de la moderación en las formas y los juicios. Me pareció que era un ejemplo muy claro de lo dicho por Schopenhauer en sus ensayos filosóficos menores y recogido ahora en este El arte de sobrevivir, cuya lectura les recomiendo:

En un sentido más amplio, también podría decirse que los primeros 40 años de nuestra vida nos proporcionan el texto, los 30 siguientes el comentario, que es el que nos permite captar el verdadero sentido y la coherencia del texto en su conjunto, además de los aspectos morales y demás sutilezas del mismo.

1 comentario:

  1. Lo siento mucho, Paco, ya sabes a lo que me refiero. Todo mi ánimo y mi afecto.

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