08 marzo, 2013

Marc Baldó - El saber histórico


Si tuviera que situar en el tiempo el origen de mi deseo de ser historiador, por usar la fórmula kafkiana, supongo que me tendría que retrotraer al curso 1997-1998. Por entonces yo tenía unos trece años y estudiaba 2º de la ESO en un colegio de Alginet (mi pueblo natal). Ese año tuve por primera vez una asignatura titulada "Historia"; asignatura que, a pesar de lo olvidable del profesor que la impartió, dejó en mi memoria una huella imborrable. Recuerdo que ese mismo año, al salir de clase por la tardes, iba con un par de amigos a la biblioteca local a hacer trabajos en grupo (manualidades, como se decía antes) para la asignatura de "Tecnología", y recuerdo también que, mientras mis condiscípulos ojeaban los cómics en esos momentos de pausa que todo esfuerzo manual requiere, yo repasaba los libros de la sección de historia intentando encontrar algo inteligible. En esas me topé con un pequeño volumen titulado Introducció a la historia, del que se me quedó grabada una dedicatoria en la que su autor hacía referencia - y cito de memoria - a los alumnos que habían compartido con él "el placer de aprender la historia".

Cuatro años después de aquello empecé la carrera de "Historia" en la Universidad de Valencia y, cuando me matriculé de las asignaturas del primer curso, vi que una de ellas tenía el mismo título - "Introducció a la historia" - que aquel libro que años atrás había localizado en la biblioteca de mi pueblo. La coincidencia no era casual: el profesor que impartía aquella materia, el hoy Catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Valencia, Marc Baldó, era el autor de aquel librito al que asocio mi primer interés por saber qué era la historia y por qué motivo causaba placer - según aquella dedicatoria - su enseñanza y aprendizaje.

El destino quiso que muchos años después, haya tenido la posibilidad de ser compañero de Departamento y colega de Marc Baldó, a quien respeto y admiro como historiador y como ciudadano comprometido. Y aunque, por desgracia para mí, solo pude tenerlo como profesor en una asignatura de doctorado, nuestro común interés - igualmente compartido por mis directores de tesis, Justo Serna y Anaclet Pons - por temas como la historiografía, la metodología histórica o la relación entre historia y literatura, ha hecho que hayamos intercambiado libros y compartido momentos de charla amistosa.

A pesar de los cambios a los que se han visto sometidos recientemente los planes de estudio universitarios, la asignatura de "Introducción a la historia" no solo sigue existiendo, sino que es la asignatura que yo mismo he impartido este curso y el anterior. También existe aquella lejana Introducció a la historia (1992) que yo descubrí en 1997, pero ahora se puede leer en una versión muy ampliada, mejorada y actualizada por su autor: la Introducció a la historia: praxi, estructura y canvi (PUV, 2009). Y, para los lectores y alumnos que prefieran experimentar ese placer de aprender historia en castellano, Baldó acaba de publicar en esta lengua El saber histórico (Tirant lo Blanch-PUV, 2013), un excelente ensayo de historiografía y metodología que actualiza todavía más esa edición ampliada y con el que, estoy seguro, muchos aprendices de historiadores descubrirán su propia vocación. Dicen que el saber no ocupa lugar, pero este ya tiene uno de honor en mi biblioteca.


1 comentario:

  1. Este es mi primer año como estudiante de Historia en la Universidad de Valencia, y he de decir que me siento muy afortunado por el profesorado tan magnífico que me ha tocado. Uno de sus miembros es Marc Baldó, a quien admiro, a pesar de darme clase desde hace poco más de un mes, porque es uno de los pocos librepensadores que he tenido el honor de conocer. Espero dar la talla para poder convertirme algún día en un gran intérprete de las memorias de Clío.

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