30 octubre, 2010

François-René de Chateaubriand - Memorias de ultratumba


Título: Memorias de ultratumba
Autor: François-René de Chateaubriand
Editorial: Cátedra
Colección: Biblioteca Aurea
Año de edición: 2010
Número de páginas: 1664
Precio: 43 euros

"En lo que se refiere al conocimiento de la esencia de la humanidad - dice Schopenhauer en El mundo como voluntad y representación -, tengo incluso que conceder un mayor valor a las biografías, sobre todo a las autobiografías, que a la historia propiamente dicha, al menos tal y como habitualmente es tratada. Por una parte, en aquellas los datos están recopilados con mayor corrección y compleción que en esta; por otra parte, en las historias propiamente dichas no actúan tanto los hombres como los pueblos y ejércitos, y los individuos que se presentan en ella aparecen a tal distancia, con tantos acompañantes y tan gran séquito, tan envueltos en ceremoniosos trajes oficiales o en pesadas y rígidas armaduras, que es verdaderamente difícil reconocer el movimiento humano en medio de todo eso. En cambio, la vida del individuo bien descrita muestra en una estrecha esfera la forma de actuar del hombre en todos sus matices y formas: la excelencia, la virtud y hasta la santidad de unos pocos, el error, la miseria y la perfidia de la mayoría, y la perversidad de algunos".

Efectivamente, y como dice Schopenhauer, los historiadores que leemos libros de memorias y autobiografías sabemos que, no siempre, pero sí en ocasiones, en ellas se halla una material de un valor histórico y documental inestimable. Uno de los ejemplos más notables de esto que digo lo constituye sin ningún género de dudas las Memorias de ultratumba escritas por el vizconde de Chateaubriand que acaba de publicar
Ediciones Cátedra en una magnífica edición en un solo volumen, con traducción, introducción (una extensa y lograda introducción) y notas de José Antonio Millán Alba, Catedrático de Filología Francesa en la Universidad Complutense de Madrid.

Para el lector en general, las memorias de Chateaubriand tienen el atractivo de todo buen libro de memorias: el interés intrínseco que posee el relato de una peripecia existencial intensa, contada además con una calidad y un estilo literario propio, genuino. Para los historiadores que disfrutamos con la literatura autobiográfica, el texto de Chateaubriand suma a su importante valor literario el de su ser un documento inigualable para conocer la historia de la Francia contemporánea. Empezadas en 1811 y terminadas en 1841, se trata de unas reflexiones que abarcan casi un siglo de la historia contemporánea francesa, desde la Francia feudal del Antiguo Régimen hasta la Francia decimonónica y democrática, la Francia moderna que ya ha vivido la revolución y todas las fases - auge, expansión y caída - del Imperio napoleónico. En ellas vemos la infancia y adolescencia de Chateaubriand en su castillo de Combourg en la Bretaña francesa y vemos el desarrollo de las tres carreras paralelas - la militar, la política y la literaria - entre las cuales repartirá su vida el protagonista. Y lo mejor de todo, hablando desde el punto de vista del lector y, sobre todo, del historiador, es que Chateaubriand lo cuenta todo siguiendo la que debería ser regla fundamental de todo libro de memorias: el saber conjugar lo personal y lo social, lo individual y lo colectivo, lo anecdótico y lo trascendente. En este sentido, en pocos libros de memorias se entrecruzan de forma tan bien trabada historia personal e historia general, circunstancia personal y contexto histórico. Por esto mismo, podemos decir que las memorias de Chateaubriand son la historia de una vida singular pero son también la historia de Francia y de su evolución entre la segunda mitad de un siglo y la primera del siguiente, en esa fase crucial que siempre es un cambio de siglo y que, en el caso que nos ocupa, divide dos mundos - la sociedad aristocrática del Antiguo Régimen y la sociedad burguesa de la Europa contemporánea - y dos mentalidades opuestas, excluyentes.

Como dice Millán Alba en su estudio introductorio, "las Memorias de ultratumba son el primer gran libro de la modernidad; de una modernidad vivida como 'crisis', tanto histórica cuanto existencial, que surge de la experiencia de esos seres interiormente desplazados, insertos en una situación histórica de ruptura que lleva al mundo contemporáneo a una pérdida paulatina de identidad" (p. 35). Pero, además de ser el primer libro de la modernidad, las Memorias de ultratumba son también y al mismo tiempo, el texto inaugural de esa corriente del Romanticismo que se ha dado en llamar "antimodernidad". Como han estudiado Marc Fumaroli o Antoine Compagnon, Chateaubriand es el pionero entre esos escritores y pensadores antimodernos (Baudelaire, de Maistre) cuyas obras tiene su principal atractivo precisamente en esa antimodernidad, en ser modernos justamente por haber atacado la modernidad y sus contradicciones.

En conclusión, podemos decir que Ediciones Cátedra ha rescatado una obra maestra de la literatura contemporánea que en nada desmerece a esas otras joyas - Flaubert, Pérez Galdós, Montaigne, Larra, Clarín - con las que comparte colección. Para el lector en general, las Memorias de ultratumba son un viaje apasionante, un recorrido por más de mil quinientas páginas de historias que se encadenan, de personajes que se suceden y de paisajes y escenarios que se pintan, que se recrean. Para el historiador, el texto de Chateaubriand es una fuente preciosa para conocer una época histórica especialmente atractiva, contada a través de la mirada de un personaje que, como el mismo confiesa de forma magistral, vivió atrapado entre dos épocas y, sin embargo, nunca se sintió del todo parte de una, ni de la otra:

Me he encontrado entre dos siglos, como la confluencia de dos ríos; me he sumergido en sus aguas turbulentas, alejándome con pena de la antigua orilla en la que nací, nadando con esperanza hacia una orilla desconocida (p. 1546).

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