27 febrero, 2012

Entrevista sobre Julio Camba en La Voz de Galicia

Mañana día 28 de febrero se cumple el cincuenta aniversario de la muerte de Julio Camba. El viernes pasado, Luis Pousa (jefe de la sección de Cultura del periódico La Voz de Galicia) me hizo una entrevista en la que hablamos de la vigencia de Camba medio siglo después de su muerte y de otros aspectos de su obra. En la web del diario han publicado una versión de la entrevista - de mis respuestas, vaya - muy resumida, cortando buena parte de mi texto. Copio aquí para los lectores de este blog la entrevista completa con mis respuestas íntegras (como se puede ver si se cotejan ambos textos, buena parte del contenido se ha perdido por el camino) porque para eso me tomé mi tiempo en pensarlas.

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-¿Cree que sigue vigente su obra?

Camba escribió más de cuatro mil artículos de periódico a lo largo de su carrera, de los cuales apenas un tercio fueron recogidos en formato libro. Muchos de esos textos han perdido su interés porque fueron escritos “por encargo”, respondiendo a situaciones coyunturales de cada momento. Sin embargo, otra parte importante de su obra (sobre todo la que fue recogida en sus libros de viaje) no ha perdido un ápice de interés para el lector actual. La obra de Camba más periodística en el sentido estricto (él siempre se quejó de tener que escribir por obligación, para poder subsistir), la que es más descriptiva que analítica, puede haber perdido su valor; las reflexiones del Camba “sociólogo” que piensa como un fino observador de lo cotidiano no han sido todavía superadas.

-¿Está suficientemente reconocido 50 años después de su muerte?

Desde mi punto de vista, no. Y la prueba de ello es que algunos de sus libros llevan décadas sin ser reeditados (algunos otros no lo han sido nunca) y que muchos de sus artículos permanecen olvidados en la hemeroteca. Aquí en Galicia se han hecho varias cosas gracias al apoyo de instituciones como la UIMP o la Diputación de Pontevedra, y de lectores entusiastas como el profesor de periodismo de la USC, Fermín Galindo, que ha liderado muchas de esas iniciativas. A nivel español, la obra de Camba no ha sido lo suficientemente valorada, sobre todo dentro de la Academia, de la Universidad. A Camba le sucede un poco lo que a Pío Baroja: más que los críticos o los investigadores, son los lectores cambianos (igual que los barojianos) quienes mejor contribuyen a mantener vivo su recuerdo.

-Dice en el prólogo [se refiere al prólogo que he escrito para la reedición del libro de Camba, Playas, ciudades y montañas que acaba de publicar la editorial Reino de Cordelia] que Camba d
ominaba "el difícil arte de la brevedad", que no es arte sencillo, ¿no?

La concisión y la brevedad son dos premisas – dos imposiciones – para el escritor de columnas. Camba lo advirtió desde el primer momento y siempre trató de reducir sus textos a la mínima expresión. Fue algo que le preocupó (tiene varias decenas de artículos en lo que reflexiona precisamente sobre este punto, sobre la compleja técnica de la síntesis) y algo en lo que trabajó mucho, intentando perfeccionar su estilo para encontrar siempre la medida exacta. En un artículo en el que enumeraba el decálogo del buen periodista decía Azorín que “para escribir breve se necesita tiempo”, y Camba invertía bastante tiempo en la concepción de cada uno de sus textos, a pesar del extendido tópico de la facilidad con la que redactaba sus entregas diarias.

-También dominaba la producción: él mismo decía que era "una fábrica de artículos"

Cuando Camba se definía así no se refería tanto a su facilidad para escribir artículos, cuanto a su capacidad verdaderamente asombrosa para convertir cualquier cosa en material para su trabajo. No hacia distinciones entre “temas serios” y “temas graciosos”, entre cuestiones que merecen un tratamiento especial y otras que se pueden despachar a la ligera. Para él en lo más serio siempre se podía encontrar un matiz cómico y hasta de lo más banal se podía extraer una lección aprovechable. Para un escritor como Camba, que trabajaba con la limitación del tiempo que exige la colaboración diaria y del espacio físico que impone la cuartilla, lo divino y lo humano adquirían una importancia relativa, pues por encima de todo estaba la necesidad de salir a la calle y no desechar ninguna experiencia, ningún detalle susceptible de ser contado.

-¿No se echa hoy de menos su afilada ironía?

El sentido del humor siempre se echa de menos, y más si cabe en los tiempos difíciles que corren (o precisamente por ello). En España ha habido después de Camba muy buenos columnistas (desde Francisco Umbral o Vázquez Montalbán hasta Vicente Verdú o Manuel Vicent, pasando por Carmen Rigalt o Rosa Montero), pero nadie ha cultivado un estilo parecido al de Camba, sobre todo en su faceta de microsociólogo, de analista que toma la parte para describir el todo. De los actuales me gusta mucho leer a Félix de Azúa, Juan José Millás o Andrés Trapiello; los tres hacen un buen uso de la ironía y nos sorprenden de vez en cuando con artículos geniales, dignos del mejor Camba.

-Su articulismo está a la altura de la mejor literatura, a pesar de no haber escrito novelas, ¿no?

Eso depende de lo que entendamos por “mejor literatura”. Podemos decir – y en eso sí que no tengo duda – que su articulismo está a la altura del mejor periodismo que se ha hecho en España; de autores como Azorín, Josep Pla, Gaziel (Agustí Calvet), Chaves Nogales o, por citar a dos gallegos ilustres que también cultivaron el género, Wenceslao Fernández Flórez y Álvaro Cunqueiro. El no haber escrito novelas no debería ser un hándicap para un periodista como Camba porque no era su cometido. Lo que ocurre es que en los manuales de historia de la literatura española no se tiene en cuenta la literatura – de vida casi siempre efímera – publicada en la prensa; la novela ha sido y es la que establece de alguna forma el canon.

3 comentarios:

  1. Es una pena que Julio Camba esté tan olvidado como el maestro Azorín.

    Con todo, gracias a personas como tú, su legado y recuerdo sigue vivo, muy vivo. Como el de otros escritores, también poco, muy poco recordados, como Juan Gil-Albert (poeta alcoyano que falleció en Valencia, a su vuelta del exilio).

    Ánimo con tu tesis.

    Saludos

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  2. Enhorabuena por tu artículo. Gracias a personas como tú y Pedro Ignacio López García,entre otros, Camba está en plena revisión y eso es positivo para un clásico. Saludos, Pepe Payá.

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  3. Muchas gracias, Pepe (y familia). Como le decíá a Juanjo en privado, solo espero que esta vuelta de Camba a la actualidad no sea solo coyuntural y debida a esta efeméride de su muerte. Quienes apreciamos a Baroja, a Camba o a Azorín sabemos que a estos autores jamás les han faltado - ni les faltarán - lectores. Lo que sí falta es apoyo institucional e investigadores jóvenes que retomen el trabajo hecho por otras generaciones y contribuyan a explicar que todavía queda mucho por saber de sus obras. Pedro Ignacio o yo mismo aportamos nuestro grano de arena y lo hacemos convencidos, pero hacen falta más instituciones que, como la CAM, se impliquen en una obra social y cultural que nos imcumbe a todos. En estos tiempos de crisis en los que lo fácil es criticar, conviene poner en valor - y yo siempre lo he hecho y lo seguiré haciendo - la obra llevado a cabo por la CAM en Alicante contigo al frente; solo quienes hemos estado allí sabemos el enorme trabajo que se ha hecho, el dinero que se ha invertido y las enormes posibilidades que esos legados ofrecen a los investigadores que quieran hacer uso de ellos. No lo desaprovechemos ni tiremos por la borda todo el trabajo hecho, todo el esfuerzo invertido. Yo, al menos, no pienso hacerlo y siempre que se trate de reivindicar a nuestros clásicos estaré ahí al pie del cañón, arrimando el hombro.

    Un abrazo y muchas gracias por darte un vuelta por aquí. Seguimos en contacto.

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