Hace hoy 25 años, y aunque mucha gente ajena al mundo del baloncesto o del deporte en general no tenga constancia, estos hombres que posan en la foto de arriba hicieron historia. Y no es una frase hecha. La selección española de baloncesto que participó en los Juegos Olímpicos de Los Angeles '84 consiguió un hito sin precedentes hasta la fecha: disputar una final olímpica y ganar una medalla de plata, la primera en la historia de ese baloncesto español que hoy se pasea triunfante por el mundo de la mano de Pau Gasol y compañía.
Bajo la dirección y el magisterio de su entrenadror, el gran Antonio Díaz-Miguel, España logró dar la sorpresa del torneo, cargándose en la seminifinal nada más y nada menos que a la Yugoslavia del gran Drazen Petrovic. Luego jugaron la final ante los Estados Unidos de un tal Michael Jordan. Las imágenes de un jovencito pero inmenso Fernando Romay y de un - ya por entonces - barbudo Juanma López Iturriaga, han quedado para siempre en la memoria de aquellos que amamos el baloncesto.
Aunque imagino que los lectores de este blog no lo saben, el baloncesto forma parte de mi vida. Durante algunos años y hasta que tuve que dejarlo para poder trabajar y pagarme la carrera, practiqué el baloncesto en el equipo de mi pueblo, el Club Bàsquet Alginet. Aunque ahora ya hace tiempo que no lo practico, fue una experiencia que ha dejado para siempre una huella en mi vida.
Por eso mismo y porque dije que en este blog iban a haber homenajes, hoy quiero rendir tributo a esos hombres que marcaron un hito en el verano de 1984 y a ese deporte que luego me dio tantos y tantos buenos ratos. Si hoy España es una potencia mundial en baloncesto y los mejores españoles se marchan a la NBA por lo que buenos que son, es en parte gracias a estos hombres: Antonio Díaz-Miguel (entrenador), Fernando Arcega, José Manuel Beirán, Juan Antonio Corbalán, Juan Domingo de la Cruz, Andrés Jiménez, José Luis Llorente, Juan Manuel López Iturriaga, Josep María Margall, Fernando Martín, Fernando Romay, Juan Antonio San Epifanio, "Epi" y Ignacio Solozábal. Este post es un homenaje a todos ellos, una muestra de agradecimiento.
Ellos, como otros muchos grandes deportistas, dignifican con su esfuerzo y su espíritu de lucha y superación al ser humano. En estos tiempos de crisis de valores que vivimos, creo que habría que mirar más hacia el mundo del deporte. Al margen de Cristianos Ronaldos y Messis, la historia está llena de ejemplos de atletas y deportistas que son un ejemplo para todos; un ejemplo de excelencia y amor propio.
Estoy entre esos idiotas que aquel verano del 84 se levantaba antes del alba para ver aquellos partidos de la selección de Díaz-Miguel. Ahora no se recuerda,pero algunos partidos, por ejemplo uno ante Canadá, fueron pastosos y agónicos. España tenía gente voluntariosa, pero alguien por encima de la estatura "normal" como Romay tenía que ser un torpe casi a la fuerza. Gente voluntariosa e ilusionada, por encima de todo. En aquel entonces tenía un mérito enorme ganar a selecciones de países aún no fragmentados como la antigua URSS o la antigua Yugoslavia. No te lo vas a creer, pero he visto imágenes, creo que de los años cincuenta, en que cuando tiraban a canasta no hacían suspensión ni armaban el brazo... Intenta visualizarlo: sacaban el balón de abajo, como una bandeja sacada desde la altura del estómago, a veces desde cuatro o cinco metros.
ResponderEliminarDrazen Petrovic solo tenía veinte años entonces y aún no era el monstruo que explotó poco después con la Cibona... un genio y un tipo irritante y estrambótico. En Michael Jordan sí me fije especialmente, una fuerza de la naturaleza. Era capaz de machacar el aro y seis segundos después cortar el contraataque con un tapón brutal. Los jugadores españoles dicen haber tenido la sensación de jugar contra alienígenas, yo también lo percibí. La final la jugó España sin ninguna opción. Sabes lo aficionados que son los anglosajones a apostar por cualquier cosa. Pues bien, aquella noche no hubo apuestas, nadie apostaba por España. Solo ganaron por treinta, yo creo que no quisieron hacer sangre. Fue bonito, la verdad, en aquel tiempo parecía que el baloncesto era algo así como la alternativa "intelectual" a la burrera del futbol. Después los equipos de la ACB se convirtieron en ONUs, repletos de extranjeros, las estrellas locales empezaron a emigrar a la NBA... en fin, la cosa perdió el antiguo encanto, al menos yo he dejado de ver baloncesto con la pasión de antes.
Amigo Montesinos, veo que estás puesto en el tema. Mi reinvindicación de la medalla iba sobre todo por la gente que sabe mucho menos de baloncesto. Suscribo de principio a fin tu comentario. Incluso tu apostilla sobre Petrovic me ha hecho ver que me había confundido con lo del "Dream Team". Aunque el equipo de EEUU del 84 ya era de ensueño, el auténtico "Dream Team" es el de Barcelona '92. Digo lo de Petrovic porque al citarlo, me has hecho recordar la final de Barcelona '92 y ese duelo frente a Jordan (hace tiempo me bajé el partido de Internet y me lo vi unas cuantas veces). Aquel si que era el verdadero Petrovic.
ResponderEliminarAquel baloncesto era, como tú bien dices, una alternativa al fútbol. Aunque yo no esté de acuerdo con eso, si es verdad que el fútbol siempre se ha considerado un deporte más primitivo y rudo, frente a la elegancia y plasticidad del baloncesto. En cualquier caso, volvemos a lo del otro día con los Beatles: no quiero parecer pesado con aquello del "cualquier tiempo pasado fue mejor", pero es que muchas veces es así. Todo lo que hemos ganado en tecnología, lo hemos perdido en realidad y autenticidad. Como diría Debord, la realidad ha dejado su espacio al simple espectáculo, a la farsa y la recreación.
Yo sigo viendo baloncesto y para paliar esa nostalgia, de vez en cuando me meto en Youtube o me bajo documentales sobre Larry Bird o sobre los Lakers de Magic.
Ahhh, casi que conozco más a los pioneros de Los Angeles 84, que a los Gasol y cia...
ResponderEliminarSaludos!
PD. Yo jugué un año escolar en el Ophiusa. No logré ni un punto y conseguimos casi lo imposible. Perder por unos 140 a 0. Tiene su mérito:-)
De los pioneros de Los Ángeles hay algunos que han dado que hablar muchos años (mira a Romay y a López Iturriaga que cada dos por tres están en televisión). A los Gasol and company la gente los conoce porque ganaron un mundial y jugaron un final olímpia, que si no tampoco.
ResponderEliminarUn saludo igualmente.
PS: Eso de perder por 100 a cero y esas cosas es normal entre chavales. Yo fui una vez de entrenador a con un equipo de niños de mi pueblo (en mi pueblo siempre ha habido mucha tradición de baloncesto) a jugar un campeonato a Onteniente. La paliza que les dimos era tal, que al descanso se acercó la entrenadora del equipo local y me dijo que tuviera piedad y les dijera a mis chavales que se dejaran meter una canasta porque en su equipo estaban desmoralizados y lo único que querían era eso, no perder por 100 a 0. Yo le dije a la chica que por mi bien, pero que ahora había que explicarles a niños de 8 y 9 años que lo único que querían era meter canastas, que debían hacerles los suecos y no quitarlesel balón a los otros. Al final lo conseguí y la ovación fue mayor que cuando ganamos el torneo. En fin, son cosas que pasan pero de las luego dejan buen recuerdo. A mi ya digo que el baloncesto me trae sobre todo recuerdos de una época dorada en la que no tenía las preocupaciones existenciales que ahora me atormentan.